viernes, 22 de febrero de 2008

Sthepane Mallarme (1842-1898)

BRISA MARINA
Leí todos los libros y es, ¡ay! , la carne triste.
¡huir, huir muy lejos! Ebrias aves se alejan
entre el cielo y la espuma. Nada de lo que existe,
ni los viejos jardines que los ojos reflejan,
ni la madre que, amante, da leche a su criatura,
ni la luz que en la noche mi lámpara difunde
sobre el papel en blanco que defiende su albura
retendrá al corazón que ya en el mar se hunde.
¡Yo partiré! ¡Oh, nave, tu velamen despliega
y leva al fin las anclas hacia incógnitos cielos!
Un tedio, desolado por la esperanza ciega,
confía en el supremo adiós de los pañuelos.
tal vez, son tus mástiles de los que el viento lanza
sobre perdidos náufragos que no encuentran maderos,
sin mástiles, sin mástiles, ni islote en lontananza...
Corazón, oye cómo cantan los marineros!

Otis Redding


sábado, 16 de febrero de 2008

The cure, desde Amsterdam en 1980


BIEN VENIDA ALEGRÍA, BIEN VENIDO PESAR
bienvenida alegría, bienvenido pesar, la hierba del Leteo y de Hermes la pluma: vengan hoy y mañana, que los quiero lo mismo. Me gusta ver semblantes tristes en tiempo claro y alguna alegre risa oír entre los truenos; bello y feo me gustan: dulces prados, con llamas ocultas en su verde, y un reírse zumbón ante una maravilla; ante una pantomima, un rostro grave; doblar a muerto y alegre repique; el juego de algún niño con una calavera; mañana pura y barco naufragado; las sombras de la noche besando a madreselvas; sierpes silbando entre encarnadas rosas; Cleopatra con regios atavíos y el áspid en el seno; la música de danza y la música triste, juntas las dos, prudente y loca; musas resplandecientes, musas pálidas; el sombrío Saturno y el saludable Momo: risa y suspiro y nueva risa...¡Oh, qué dulzura, el sufrimiento!Musas resplandecientes, musas pálidas, de vuestro rostro alzad el velo,que pueda veros y que escriba sobre el día y la noche a un tiempo; que se apague mi sed de dulces penas; ramas de tejo sean mi refugio, entrelazadas con el mirto nuevo, y pinos y limeros florecidos, y mi lecho la hierba de una fosa.

sábado, 9 de febrero de 2008

Poema de Leopoldo Marechal


DE LA CORDURA


Con pie de pluma recorrí tu esfera,

Mundo gracioso del esparcimiento;

Y no fue raro que jugara el viento

Con la mentira de mi primavera.

Dormido el corazón, extraño fuera

Que hubiese dado lumbre y aposento

Al suplicante Amor, cuyo lamento

Llama de noche al corazón y espera.

Si, fría el alma y agobiado el lomo,

Llegué a tu soledad reveladora

Con pie de pluma y corazón de plomo,

¡Deja que un arte más feliz asuma,

Gracioso mundo, y que te busque ahora

Con pie de plomo y corazón de pluma!